Nuevo orden mundial

La teoría conspirativa del llamado Nuevo Orden Mundial afirma la existencia de un plan diseñado con el fin de imponer un gobierno único, colectivista, burocrático y controlado por sectores elitistas y plutocráticos a nivel mundial.

La expresión Nuevo Orden Mundial se ha usado para referirse a un nuevo período de la historia y se pretende, de este modo, implementar cambios drásticos en las ideologías políticas y en el equilibrio de poderes. El primer uso de esta expresión aparece en el documento de los Catorce Puntos del presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson, que hace una llamada, después de la Primera Guerra Mundial, para la creación de la Sociedad de las Naciones, antecesora de la Organización de las Naciones Unidas.

La frase se usó con cierta reserva al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando se describían los planes para la creación de las Naciones Unidas y los Acuerdos de Bretton Woods debido a la asociación negativa resultante del fracaso de la Sociedad de Naciones. El uso más amplio y reciente de esta expresión se origina sobre todo con el final de la Guerra Fría. Los presidentes Mikhail Gorbachev y George H. W. Bush usaron el término para tratar de definir la naturaleza de la posguerra fría y el espíritu de cooperación que se buscaba materializar entre las grandes potencias.

En una referencia a las hostilidades en Irak y Kuwait, la revista Time del 28 de enero de 1991 expresó: “Mientras caían las bombas y se disparaban los misiles, las esperanzas de un nuevo orden mundial cedieron lugar al desorden común”. Añadió: “Nadie debe forjarse ilusiones pensando que el nuevo orden mundial, del que tanto alarde se hace, se ha establecido o está cerca”.

Nunca se ha logrado la cooperación entre las naciones, y esto perjudica los esfuerzos por establecer un nuevo orden mundial. En un informe en la revista The World and I de enero de 1991, un grupo de peritos examinaron “las políticas exteriores que van surgiendo entre las superpotencias y el efecto que probablemente tengan en el nuevo orden mundial”. El editor llegó a esta conclusión: “La historia nos lleva a pensar que en el mejor de los tiempos se puede pasar muy fácilmente de la paz a la guerra. La cooperación internacional, particularmente entre las potencias principales, es crucial para una transición de éxito de la Guerra Fría a un nuevo orden mundial”.

De acuerdo con defensores de la teoría, hay signos que prueban que este tema va más allá de una simple conspiración, por ejemplo, símbolos en la industria musical, logos de corporaciones y organizaciones mundiales, los murales en el Aeropuerto Internacional de Denver, signos de la Francmasonería en edificios (particularmente en Washington D.C.) y pentagramas en los planos de la ciudad y el famoso símbolo Illuminati en el Sello de Estados Unidos con las palabras "Novus Ordo Seclorum" en latín que significa "nuevo orden de los siglos" (o eras) que fue impreso en los billetes de un dólar desde 1935 por el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Morgenthau bajo demanda del entonces secretario de Agricultura y futuro vicepresidente de los Estados Unidos, Henry A. Wallace, bajo la influencia de Nicholas Roerich.


La teoría del nuevo orden mundial se caracteriza por poseer una visión casi apocalíptica del mundo, que conceptualiza los problemas y tentativa de solución en términos de un mal (todo aquello con lo que no están de acuerdo) y bien (todo lo que aceptan) absolutos, fuerzas que van ineludiblemente a una confrontación final, en la cual (a menudo, pero no siempre) las acciones de los creyentes tendrán un papel decisivo.